Marruecos suspende sus relaciones con las instituciones europeas





                                 El tema de discordia: el acuerdo de pesca con la UE

ITRAN/25/02/2016

En una decisión que, por su importancia tanto para Marruecos como para sus interlocutores europeos  hará correr mucha tinta a partir de mañana mismo, el Consejo de Gobierno de Marruecos, celebrado hoy en su sede en Rabat, ha decidido romper sus relaciones con las instituciones europeas, después de que  el Tribunal europeo de Justicia se declarara contra el acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión europea. El argumento es que dicho acuerdo se aplica igualmente al Sáhara.
En efecto, una declaración del ministerio de Comunicación, hecha pública hoy, 25 de febrero, señala que, además de recurrir esta decisión, Marruecos pide “explicaciones” a la Unión Europea por esta sentencia contraria a sus intereses. El comunicado añade que “Marruecos sólo mantendrá  contactos con la institución encargada del dossier del Sáhara”. 
El Gobierno de Marruecos expresó su rechazo total a la sentencia del Tribunal de la Unión Europea del pasado 10 de diciembre de 2015, argumentando que el veredicto del Tribunal europeo se basa en argumentos infundados, de carácter puramente político, cuyas conclusiones chocan de frente contra el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Para seguir la evolución de este tema, el Gobierno marroquí ha formado un comité interministerial compuesto por los Ministerios de Asuntos Exteriores, Interior y Agricultura, que , entre otras cosas, tendrá la facultad de proponer ”las medidas  apropiadas que podrían tomarse para preservar los intereses legítimos de Marruecos”. 
Fuente: resumen de la prensa marroquí.

Más libertad, por favor ...




  Recurrir al asilo político como manera de esquivar una fuerte condena privativa de libertad era, hasta hace pocos años, la última y penosa solución para algunos marroquíes que se veían amenazados si no ponían tierra de por medio, abandonando país, familia, amigos y todo lo que se ama. La era Dris Basri fue el máximo exponente de esta situación, que fue en aumento desde que se instauraran las tristemente famosas “Widadias” –Amicales de trabajadores emigrantes marroquíes en el extranjero- dirigidas por energúmenos, la mayoría analfabetos, de escasa consciencia y demasiada ambición que, para afianzarse en la nada honorable tarea (que les aseguraba prebendas y tratamiento exquisito y ventajoso dentro y fuera del país)  no dudaban en lanzar su dedo acusador hacia cualquiera que en el descuido de una charla banal de café, dijera o incluso insinuara alguna palabra que la mente obtusa del jefe de la “widadía” interpretara como ofensiva al régimen. Para afianzar su dominio, el jefecillo tejía una amplia red  que cubría todo el territorio para señalarle a cualquier “enemigo de la integridad nacional”. Enemistarse con el imbécil de turno podía acarrear consecuencias que uno podría lamentar durante toda su visa. Muchos jóvenes temperamentales han tenido que prescindir de sus vacaciones estivales para no ser detenidos a su entrada por un puesto fronterizo, por miedo a que el jefe de la “widadía”  les haya denunciado por cualquier lapsus en que hubieran caído. Inexplicablemente, aun conociendo la existencia de esas amicales y de las tropelías que cometían, los países de acogida de la emigración marroquí  las toleraban, sin más.
Afortunadamente, las tornas han cambiado con la llegada del nuevo monarca e incluso muchos de los países que reprochaban a Marruecos la falta de libertad de expresión y la represión sistemática de sus ciudadanos, le han retirado esa etiqueta y ya no contemplan conceder asilo político a un marroquí, por haber desaparecido las causas que lo imponían.
Por eso nos extraña que artistas como Mouad Belghaouat “Al Haqued” así como un grupo de periodistas marroquíes tuvieran que optar por el exilio para esquivar una más que posible privación de libertad. Precisamente en estos tiempos en que pensábamos que lo peor ya ha pasado.
Para el bien de la democracia en Marruecos, la acusación “Atentado contra la integridad nacional” debe de ser muy meditada, porque implica el martirio para el acusado y todo su entorno, sobre todo cuando no se respeta su presunción de inocencia. Implica también un paso atrás en el largo recorrido hacia la plena integración del individuo en el seno de esa sociedad que todos luchamos por mejorar. Implica que nuestros enemigos, que haberlos haylos,  se aprovechen de nuestras debilidades para utilizarlas contra nosotros. No les hagamos el juego.
Dejen en paz a Ali Anuzla, a Hamid Mehdaoui, a Mouad Belghaouat y a todos aquellos que temen por su libertad y han tenido que dejarlo todo.  
Denles una oportunidad, porque nadie sobra en este arduo camino hacia la plena integración en el mundo de la democracia.

Prefieren a "tía Merkel"·

ITRAN / A.B./ 05-02-2016



"Tía Merkel", como llaman los emigrantes clandestinos marroquíes a Ángela Merkel, les ha acogido, les cuida e incluso les da dinero para sus gastos diarios. Esto lo dicen los cientos de jóvenes emigrantes marroquíes que han aprovechado el éxodo masivo de los sirios y afganos hacia Alemania para llegar al continente europeo en busca, sobre todo, de pan y de justicia social. Algo que ni el gobierno socialista de Benkirane ni los anteriores de toda índole les ha sabido aportar.
La presteza conque han actuado los responsables marroquíes para repatriarles, a petición de esa misma "tía Merkel" les mete miedo en el cuerpo. Afirman que no volverán, cueste lo que cueste... "¿Para qué volver?", gritan en los medios sociales a su alcance. "¿Qué nos han preparado en nuestro país?", se preguntan. "Ahora que hemos visto la diferencia (social) con nuestros propios ojos, no pensamos volver a la pobreza, a la injusticia y al desprecio que siempre nos ha acompañado", argumentan.
Para probar su patriotismo inviolable, dicen que ni siquiera han intentado pedir asilo político, por respeto a su país.en el que nunca dejarán de pensar y al que un día volverán. Sólo quieren vivir dignamente  y rehacer su vida, aunque con la congoja de hacerlo lejos de sus familias y de su entorno. Son jóvenes a los  que nuestros responsables no han sabido, no han podido o, simplemente no han querido dar una oportunidad para que puedan sentirse, como mínimo, útiles y no parásitos a costa de sus padres y del resto de la sociedad.
¿De verdad no cabemos todos en un país de casi un millón de metros cuadrados y de unas riquezas incalculables?. Seamos serios. Limpiemos nuestra administración de tanto inepto y recuperemos a nuestra juventud, dándole un trato digno. Muchos se nos han escapado ya, para regocijo de otros, que se aprovechan de su talento (Jamal Benamar, como ejemplo), que no han podido aguantar  y han preferido la patera para poner tierra de por medio. No desperdiciemos esta valiosa juventud, no sigamos alimentando el odio en sus corazones, démosles una oportunidad para que se sientan útiles y puedan colaborar en el desarrollo del Marruecos que todos anhelamos. Si seguimos pasando de ellos, algún día les tocará a ellos pasar de nosotros (sigo con el ejemplo de Jamal Benamar) y lo lamentaremos mucho.
Lo que sí puede hacer el gobierno de Benkirane y sus "brillantes pensadores" es darles una oportunidad o encontrar un fórmula que convenza a Merkel para que no les expulse y les permita aspirar a un futuro mejor. Se lo merecen como marroquíes y como seres humanos.

...Y el mundo, mirando a otro lado

El diario.es / 04-02-2016

 Las demoliciones israelíes dejan sin hogar a las familias palestinas de Cisjordania
Las excavadoras israelíes destruyen 23 casas que se encuentran en la controvertida 'zona militar' de Cisjordania, en la operación más destructiva de los últimos años
Los aldeanos palestinos rebuscan los muebles que puedan salvar de los escombros/ (c) Peter Beaumont/ / The Guardian
Los aldeanos palestinos rebuscan los muebles que puedan salvar de los escombros/ (c) Peter Beaumont/ / The Guardian 

Los bulldzoers militares de Israel han demolido 23 casas en dos pueblos empobrecidos del sur de Cisjordania, incluyendo luagres que servían de hogar para más de 100 personas. La operación de derribo, una de la más destructivas de los últimos años, se ha llevado a cabo en la controvertida zona militar delimitada por Israel conocida como Zona de tiro 918, de unos 300 kilómetros cuadrados y que fue declarada área restringida por los israelíes en los años 70.
La intervención se ha ejecutado ignorando una campaña internacional de gran repercusión que se impulsó para proteger los ocho pueblos de la zona, así como una petición firmada por algunos de los escritores más conocidos del mundo.
Las organizaciones de derechos humanos se han enfrentado en repetidas ocasiones a la reclamación israelí por esta tierra, argumentando que es ilegal establecer una zona militar en territorio ocupado. Las demoliciones de este martes fueron descritas por el grupo israelí de exmilitares  Rompiendo el Silencio -que ha apoyado a estos pueblos durante mucho tiempo- como unas de las más destructivas desde hace una década.
Las excavadoras israelíes entraron en Khirbet Jenbat y en la aldea cercana de Khirbat el-Halawa justo después del amanecer en la mañana del martes. Sus tropas destruyeron una docena de casas en el mismo Jenbah, así como otras construcciones, algunas de las cuales fueron financiadas por países europeos, incluido el Reino Unido.
Docenas de niños de diferentes familias se encuentran entre las 110 personas forzadas a vivir sin hogar por las demoliciones, según la ONG israelí Paz Ahora.
Los 12 edificios destruidos forman parte de los cuarenta que habían sido designados previamente para su demolición. Estas propiedades se ubicaban en tres zonas de un área remota solo accesible a través de una carretera de tierra. La destrucción de las viviendas restantes se ha paralizado por el momento, después de que los abogados que representan a los pueblos consiguiesen una orden judicial que retrasa la ejecución de la orden hasta la próxima semana.
Las familias, muchas de las cuales se han agrupado en cuevas que también les sirven como casa, defienden que sus antepasados vivieron en estas tierras desde mucho antes de que Israel ocupase Cisjordania en 1967. 
Los testimonios de la perseverancia
Pueblos como Jenbah son algunos de los más pobres de Cisjordania, desprovistos de una red eléctrica y dependientes de paneles solares donados, muchos de los cuales han sido destruidos por el Ejército israelí. El martes, los habitantes buscaban entre los restos de sus casas, montaban tiendas de campaña temporales y transportaban los muebles que habían conseguido salvar hacia los lugares donde planeaban pasar la noche. 
Entre ellos estaba Khalid Hussein Jabari, que ha perdido su casa en Khirbet Jenbah como otros miembros de su familia. "Vinieron el día anterior y marcaron las casas para su demolición. Sabíamos que iban en serio porque algunos de los vecinos que entienden hebreo escucharon a los soldados hablar de cómo se iba a llevar a cabo la destrucción de los edificios", dice junto a las ruinas de la casa de su hermano. "Estaba en una aldea cercana mientras escuchaba las noticias a las 3.30 de la madrugada del martes. Llegué a la par que las excavadoras, justo después de las 5 de la mañana".
Un poco más lejos, Mahmoud Ahmad Isa, de 30 años, observa a sus familiares cargar con los muebles por unas escaleras de piedra hacia la entrada de una cueva situada junto a las ruinas de su casa. "Hay humedad [en la cueva], pero ya veremos cómo nos apañamos. Lo primero que tenemos que hacer es recoger los escombros y reconstruir. No hay otra alternativa", añade.
Mientras Israel ha intentado durante años desplazar los pueblos –situados en parte del territorio ocupado conocido como Zona C, que está bajo vigilancia y control administrativo de Israel–, los lugareños han contado con un respaldo de gran repercusión mediática por parte de la comunidad internacional. Hace dos años, 51 autores de alcance mundial, entre los que se encuentran Mario Vargas Llosa, Seamus Heaney y Orhan Pamuk, firmaron una petición para que el Gobierno israelí permitiese la permanencia de estos pueblos.
Tampoco es la primera vez que las tropas de Israel destruyen Khirbet Jenbah. El poblado fue demolido en su integridad en 1999. Los habitantes, sin embargo, regresaron tiempo después y ganaron una sentencia judicial que les autorizaba a permanecer en la zona si llegaban a un acuerdo con el Ejército.
Israel no ceja en su empeño
El lunes, el Gobierno de Israel declaró que la mediación había fracasado por culpa de la negativa de los habitantes a ser reubicados. Un comunicado del  Cogat, la unidad del Ministerio de Defensa israelí que administra los asuntos civiles en Cisjordania, admite que "las medidas fueron ejecutadas contra objetivos ilegales como edificios o paneles solares, que se encuentran dentro de la zona militar". Cogat confirma que las negociaciones fracasaron porque "los propietarios de las viviendas no han mostrado voluntad de mantener la situación en orden y frenar las construcciones ilegales".
Los activistas en nombre de Jenbah y otros pueblos del sur de las montañas de Hebrón -y más extendidos por la Zona C- apuntan que Israel se niega constantemente a dar permisos de construcción a los locales o permitir el desarrollo de las comunidades, aunque autoriza construcciones a los colonos israelíes en la misma cordillera.
"Esto significa simplemente que volvemos a la casilla de salida. El Gobierno quiere sacarles de allí. Los habitantes se niegan", comenta Sarit Mitchel, activista del grupo israelí B'Tselem, sobre las demoliciones.
Otros, condenan la elección del momento para la operación de derribo. Dov Khenin, diputado de la Lista Unida Árabe (coalición de partidos árabes), ha confirmado que ha escrito al ministro de Defensa israelí haciéndole saber que las demoliciones han dejado a la gente sin hogar justo en los meses más fríos del invierno. "La decisión fue tomada sin previo aviso, en un acto extremo que ha desprovisto a muchas familias de un techo sobre sus cabezas durante el invierno", ha añadido.
Sentada sobre los escombros de su casa, bajo un cielo oscuro y una llovizna leve, Miriam al-Shehadeh, de 70 años, se mantiene. "Voy a quedarme. Reconstruiremos. Y si los israelíes destruyen el pueblo otra vez, pues lo harán otra vez. Somos agricultores y aquí es donde nos ganamos la vida". 
Traducción de:  Mónica Zas

Retroactividad para anular una cláusula suelo




La gran amenaza de la banca actual: un juzgado aplica la retroactividad para anular una cláusula suelo
04/02/2016 15:49 en Confidencial
La gran amenaza de la banca actual: un juzgado aplica la retroactividad para anular una cláusula suelo
  • El juez argumenta que no puede aplicarse la sentencia del Tribunal Supremo porque el sistema financiero ya no corre peligro.
  • Si el Tribunal de Justicia de la UE acepta la retroactividad de las cláusulas suelo declaradas nulas, el impacto sería de unos 15.000 millones de euros.
  • Es lo que más teme el sector y lo que podría condicionar el ya de por sí difícil beneficio de 2016.
En una sentencia del 26 de enero conocida este jueves, un juez de Vic (Barcelona) ha anulado una cláusula suelo de un préstamo hipotecario del BBVA, firmado el 29 de junio de 2012. De nada le ha servido al banco alegar que la sentencia del Tribunal Supremo del 13 de mayo de 2013 impide la retroactividad.
¿Qué ha ocurrido? Muy sencillo. Según el juez, la sentencia del TS “no puede aplicarse en este caso en tanto en cuanto no concurre el motivo que fundamentó aquella decisión y que no fue otro sino el riesgo que para la solvencia del sector financiero tendría la retroactividad de los efectos de la nulidad de las cláusulas suelo”.
Es decir, el juez considera que si los bancos tuvieran que hacer frente a la retroactividad de la nulidad de todas las cláusulas suelo, la solvencia del sistema financiero ya no correría peligro.
Por su parte, el despacho Navas & Cusí, que ha dirigido la defensa de este caso, señala que “el Supremo equivocó el interés general por el interés del sistema financiero. Si algo es abusivo y poco transparente, no resarcir en derecho y justicia nunca puede ser interés general. Esperamos que Luxemburgo tumbe la retroactividad antes del verano”.
Efectivamente, si el Tribunal de Justicia de la UE acepta la retroactividad de la nulidad de las cláusulas suelo, el impacto en el sistema sería tremendo: unos 15.000 millones de euros. De hecho, todas las entidades han dedicado elevadas provisiones a este apartado. Todas menos el Sabadell. Tener que devolver todo lo cobrado por las cláusulas suelo es lo que más teme el sector y lo que podría condicionar el ya difícil beneficio de 2016.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com