A siete meses de la movilizaciones en Marruecos

A siete meses de la movilizaciones en Marruecos

Hace siete meses, tras el asesinato de un vendedor de pescados triturado por un camión de basura, que la zona del Rif en Marruecos vive una etapa excepcional en la historia de la lucha de los oprimidos, desde los procesos del 2011.

Lo que comenzó como una protesta contra el asesinato de Muhsin Fikri se ha convertido en un polvorín que amenaza con extenderse a todo el norte de Marruecos, desde Tánger a la frontera con Argelia: con grandes manifestaciones y una huelga general en mayo tras una región envuelta en una profunda crisis y pobreza de las clases populares y trabajadora y la dura represión por parte de las Autoridades de Rabat.
Excepto la dinámica de luchas en el año 2011 tras las movilizaciones del movimiento 20 de Febrero, el país no ha vivido una situación de lucha similar, caracterizada por su expansión geográfica, el surgimiento de nuevas formas de organización y propaganda popular y sobre todo por su continuidad en el tiempo.
Como antecedente, en 2004 las masas populares del Rif se habían organizado alrededor de varias protestas en contra de las terribles consecuencias de gran terremoto en el mes de Febrero, 800 muertos y cientos de heridos más todo el desastre material que todavía persiste.
Las causas de las movilizaciones actuales en el Rif
Las causas de las manifestaciones actuales son varias. Las continuas agresiones por parte de las fuerzas de la represión policial contra la población, cuyo símbolo ha sido el asesinato de Karim Lachkar en mayo del 2014, en uno de muchos puntos de control policial permanentes en la entrada de la cuidad Alhuceimas.
La represión de todas las protestas y prohibición de cualquier forma de reunión y organización, unido a las consecuencias de una crisis económica profunda y la disminución en los ingresos que aportaba la clase trabajadora inmigrante que vive en Europa; uno de los sectores más golpeados por la crisis capitalista.
Y uno de los hechos de mayor impacto fue el asesinato de Muhsin Fikri en octubre del 2016, quien fue aplastado por un camión de basura que la policía marroquí previamente había ordenado. El comerciante de pescados de 31 años, se tiró al camión de la basura para recuperar su mercancía, tras ser tirada por la misma policía que obliga a los vendedores de Alhuceimas a pagar un soborno para poder vender. Muhsin Fikri se negó a pagarles, por lo que tiraron su pescado al camión de la basura, y la policía ordenó aplastar el pescado con lo cual se encontraba rodeado Muhsin.
El comienzo de las movilizaciones y la huelga general
Las primeras protestas se dispararon el día 28 de octubre de 2016 a las 20hs, unas horas después de la muerte de Fikri, cientos de manifestantes se concentraron en el mismo sitio de los hechos.
La concentración se convirtió en una asamblea abierta donde participaron mas de 3000 personas que decidieron por mayoría acampar esta noche en la plaza de los Mártires que fue transmitida en directo por las redes sociales. Esa noche las autoridades, a través del gobernador de provincia, se esforzaron mucho, sin éxito, en calmar y frenar las protestas.
El día siguiente se organizó una marcha multitudinaria de 50 mil personas. Los manifestantes marcharon por varias de las calles principales de la ciudad y volvieron a concentrarse en la céntrica plaza de Mohamed VI. Y así los manifestantes le cambiaron el nombre y actualmente esta calle se llama la Plaza de los Mártires.
Gritaron consignas en las que exigieron justicia para Fikri y denunciaron lo que consideran una política de marginación ejercida por las autoridades centrales contra esa región.
La brutal represión policial, en lugar de calmar los ánimos, ha enardecido a la población de Marruecos que ha dejado brutalmente de ser “la excepción de la primavera árabe”, para entrar en una zona de turbulencia política.
El pasado jueves día 18 de Mayo, la ciudad de Alhuceimas se echaba a la calle para protestar contra el gobierno que publicó un comunicado que añadió leña al fuego a una situación que ya por sí tensa.
En él acusaban al movimiento rifeño de “promover ideas destructivas que siembran la discordia en la región”, de “instrumentalizar las reivindicaciones de los vecinos de la provincia de Alhucemas para perjudicar a la integridad territorial del Reino”, es decir “fomentar el separatismo”. Esbozaban, por último, la sospecha de que las protestas son instigadas por “elementos exteriores “, acusación nada menor tendiendo en cuenta la política colonialista.
De nada sirvió que los partidos políticos marroquíes, probablemente arrepentidos, publicaran 48 horas después otro texto mucho más matizado sobre las protestas rifeñas a las que reconocen legitimidad. El daño estaba hecho y los rifeños se prepararon para movilizarse de nuevo. La manifestación fue precedida de una huelga general masivamente segundada por la clase trabajadora.
Por otro lado, era la primera vez desde 2005 que el Régimen recurría al ejército para mantener el orden establecido. Los activistas aseguran que se han desplegado en la zona unos 25.000 hombres uno por cada 12 habitantes adultos.
Este despliegue, sin embargo, no logró impedir la huelga. Tampoco impidió a los manifestantes de los pueblos vecinos de la provincia Rifeña que llegaban a la capital para engrosar la manifestación de la tarde, saltar los controles establecidos en las carreteras que les obligaban a dar media vuelta. Algunos optaban por caminar por senderos rurales y avanzar a la manifestación.
La marginación que ha sufrido y sufre todavía un gran sector de la población del Rif, frente a la falta de oportunidades de trabajo. La zona vive simplemente de las ayudas que envía la clase trabajadora inmigrante que vive en Europa hacia sus familiares, una zona sin ninguna infraestructura, ni carreteras, ni centros sanitarios ni educativos. Otras causas son el paro masivo entre la juventud, sobre todo la universitaria, que supera el 60%. La corrupción es una práctica común en todos los aparatos del Estado.
Toda esta crisis social está atravesada por una larga lucha histórica entre la resistencia Rifeña y la colonización española, y las autoridades españolas. La respuesta del gobierno fue lanzar gas mostaza para bombardear los enclaves, las casas, los mercados que sustentaban la guerrilla de Abdelkrim.
Según los investigadores Rudibert Kunz y Rolf Dieter Müller, las bombas de gas mostaza que está prohibida su venta- fueron vendidas por Berlín primero a España. Y es España que las produce en la fábrica de la Moroñosa (Toledo). Este bombardeo químico dejó un importante número de tumores cancerígenos en el Rif. En el año 1958/1959 el que después sera rey Hassan II, empleó Napalm contra los insurgentes Rifeños. La memoria histórica de las masas todavía conserva el recuerdo de las revueltas de los años 1981 y 1984.
Una gran experiencia del movimiento 20 de Febrero en esta zona con grandes capacidades de organización y movilizaciones y el recuerdo de la barbarie del régimen en su actuación contra los manifestantes: 5 jóvenes torturados y luego fueron quemados por la policía que asesinó también a Kamal El Hasnaoui, uno de los militantes del movimiento 20 de Febrero, tras detenciones con secuestros a líderes del movimiento.




Lunes 29 de mayo