Prefieren a "tía Merkel"·

ITRAN / A.B./ 05-02-2016



"Tía Merkel", como llaman los emigrantes clandestinos marroquíes a Ángela Merkel, les ha acogido, les cuida e incluso les da dinero para sus gastos diarios. Esto lo dicen los cientos de jóvenes emigrantes marroquíes que han aprovechado el éxodo masivo de los sirios y afganos hacia Alemania para llegar al continente europeo en busca, sobre todo, de pan y de justicia social. Algo que ni el gobierno socialista de Benkirane ni los anteriores de toda índole les ha sabido aportar.
La presteza conque han actuado los responsables marroquíes para repatriarles, a petición de esa misma "tía Merkel" les mete miedo en el cuerpo. Afirman que no volverán, cueste lo que cueste... "¿Para qué volver?", gritan en los medios sociales a su alcance. "¿Qué nos han preparado en nuestro país?", se preguntan. "Ahora que hemos visto la diferencia (social) con nuestros propios ojos, no pensamos volver a la pobreza, a la injusticia y al desprecio que siempre nos ha acompañado", argumentan.
Para probar su patriotismo inviolable, dicen que ni siquiera han intentado pedir asilo político, por respeto a su país.en el que nunca dejarán de pensar y al que un día volverán. Sólo quieren vivir dignamente  y rehacer su vida, aunque con la congoja de hacerlo lejos de sus familias y de su entorno. Son jóvenes a los  que nuestros responsables no han sabido, no han podido o, simplemente no han querido dar una oportunidad para que puedan sentirse, como mínimo, útiles y no parásitos a costa de sus padres y del resto de la sociedad.
¿De verdad no cabemos todos en un país de casi un millón de metros cuadrados y de unas riquezas incalculables?. Seamos serios. Limpiemos nuestra administración de tanto inepto y recuperemos a nuestra juventud, dándole un trato digno. Muchos se nos han escapado ya, para regocijo de otros, que se aprovechan de su talento (Jamal Benamar, como ejemplo), que no han podido aguantar  y han preferido la patera para poner tierra de por medio. No desperdiciemos esta valiosa juventud, no sigamos alimentando el odio en sus corazones, démosles una oportunidad para que se sientan útiles y puedan colaborar en el desarrollo del Marruecos que todos anhelamos. Si seguimos pasando de ellos, algún día les tocará a ellos pasar de nosotros (sigo con el ejemplo de Jamal Benamar) y lo lamentaremos mucho.
Lo que sí puede hacer el gobierno de Benkirane y sus "brillantes pensadores" es darles una oportunidad o encontrar un fórmula que convenza a Merkel para que no les expulse y les permita aspirar a un futuro mejor. Se lo merecen como marroquíes y como seres humanos.