El País | 28.1.15
Karim Hauser, experto de Casa Árabe, habla sobre el auge del yihadismo en Europa y cree que los gobiernos y los servicios de inteligencia deben desactivar esas corrientes.
"El Estado Islámico y otras organizaciones son la extrema derecha del mundo musulmán y, como todos los extremos son muy violentos. Están en auge, como lo está la extrema derecha en occidente. Es muy importante que los gobiernos y los servicios de Inteligencia puedan actuar y desactiven estas corrientes", reflexiona Karim Hauser, responsable de Gobernanza de la Casa Árabe. Su análisis de por qué aumenta la presencia y la violencia de los radicales en Occidente encuentra dos razones: "Hay una mezcla de geopolítica", dice refiriéndose a fracasos como la invasión de Irak o las imágenes de las torturas en Abu Ghraib, "y de falta de incentivos y futuro para los jóvenes de segunda y tercera generación" que ya nacieron en las grandes ciudades europeas.
Hauser cree que los modelos de integración no se han adaptado a la mayor presencia de las minorías en la vida pública, más allá del debate de la laicidad "pero en Francia, por ejemplo, crean un organismo para facilitar el diálogo con los representantes oficiales de los musulmanes. El problema es que no se sabe quiénes son".
Cree el especialista que Ceuta y Melilla, las únicas fronteras terrestres de Europa con África, merecen una atención especial. "Ya es conocida la presencia de combatientes extranjeros, la alerta está en Europa. Entre los 1.600 millones de musulmanes, los yihadistas radicales representan una proporción muy pequeña, pero son muy violentos y las imágenes de sus acciones circulan a toda velocidad. Su capacidad de incendiar incluso los lugares pacíficos es enorme".