El Mundo | 20.1.15
La gran incógnita tras el pasado miércoles 14 de enero, día en que el Tribunal Supremo decidió admitir la demanda de paternidad presentada contra el Rey Juan Carlos por la belga Ingrid Sartiau, era saber cómo habría encajado esta noticia la Reina Sofía, que estuvo desaparecida toda la semana. La noticia era devastadora para ella, ya que la citada belga asegura ser el fruto de la aventura que supuestamente mantuvo su madre con el ex monarca en Marbella en el año 64, cuando Don Juan Carlos, todavía Príncipe, llevaba dos años casado y ya habían nacido las Infantas Elena y Cristina.
Doña Sofía, muy oportunamente por cierto, se encontraba fuera de España, en concreto en Marruecos, donde del 12 al 14 de enero y bajo el auspicio del rey Mohammed VI, asistió a la reunión de AGFUND, el Programa del Golfo Árabe para el Desarrollo. La Reina emérita española forma parte del comité de dicho organismo, así como su gran amigo Mohamed Yunus, Premio Nobel de la Paz o la ex primera dama de Uruguay, Mercedes Menafar. Durante la ceremonia de entrega de premios y posterior cena, que tuvo lugar en el Auditorio Mohammed VI de Rabat, Doña Sofía, como siempre impecable en su papel, no mostró signo alguno de la procesión que seguramente llevaba por dentro.
En dicha ceremonia estaba también presente el presidente y creador de AGFUND, SAR el príncipe Talal Bin Abdul Aziz Al Saud, de 59 años, hermano del soberano saudí y uno de los hombres mas ricos del mundo, quien por cierto mantiene una excelente relación con Don Juan Carlos. El multimillonario es un conocido filántropo que en 1980, con el apoyo de los líderes de los países del Golfo, auspició dicha organización, que tiene sede en Ryad.
Encaminada a apoyar iniciativas de desarrollo en los países más necesitados, especialmente dirigidas a mujeres y niños, AGFUND concede cada año unos generosos galardones, cuyo monto total asciende a medio millón de dólares, distribuidos en cuatro categorías: el primero de 200.000 dólares, para proyectos de organismos de la ONU y ONG internacionales, que en 2014 ha ido a parar a Nepal; el segundo, de 150.000 dolares para proyectos de ONG nacionales, a Palestina; el tercero de 100.000 dólares, para obras de organismos públicos, a Bahrein; y el cuarto, 50.000 dólares, para iniciativas particulares, que en esta ocasión recayó en Arabia Saudí.
La Reina Sofía accedió al comité de estos importantes premios en su calidad de presidenta de la Fundación Reina Sofía y como sustituta de la baronesa Emma Nicholson, presidenta de AMAR, una conocida organización filantrópica internacional.