Mohamed Alami, presidente de ITRAN | 17.9.15
La ong ITRAN denuncia la responsabilidad internacional en el origen y en la gestión de la crisis de los refugiados y alerta sobre el riesgo de infiltración de terroristas islámicos entre el contingente de refugiados sirios.
La llegada masiva de inmigrantes sirios a los países europeos deja en evidencia, una vez más, las carencias de las políticas de las instituciones europeas e internacionales para afrontar situaciones como este éxodo de miles de personas que no buscan tan sólo mejorar sus condiciones de vida, como se atreven a insinuar muchos medios, sino salvar sus vidas y las de los suyos, escapando de un genocidio que se veía venir desde hace tiempo, sin que nadie moviera un dedo para impedirlo.
La responsabilidad internacional en el origen de la crisis
La población siria está siendo masacrada tanto por el régimen de Assad como por sus contrincantes, todos ellos ávidos de poder. Unos, para perpetuarse en las ramas de un árbol corroído por las termitas del despotismo, y otros, para usurpar ese mismo poder matando a sus conciudadanos y con el objetivo de someter a quienes sobrevivan a ese holocausto. Y todo ello bajo la atenta mirada de algún que otro maestro de orquesta cuya partitura rezuma sangre.
Este genocidio no ha sido sólo permitido sino que ha sido alentado por algunas potencias que se atribuyen la calidad de demócratas y que desde el lamentable 11-S mantienen una hoja de ruta orientada a sus particulares intereses geo-estratégicos, una hoja de ruta que se está escribiendo con sangre y dolor ajenos. ¡Maldita hoja de ruta!
La necesidad de una respuesta europea eficaz, solidaria y responsable
La reacción de los gobiernos e instituciones europeas ante la avalancha humana que se ha lanzado contra sus fronteras ha sido deplorable. Falta de previsión, de capacidad de reacción, de coordinación, posiciones insolidarias, xenofobia...
El valor de la solidaridad, por si sólo, debería bastar para que nos sintamos obligados a ayudar y acoger a quienes escapan del horror; como se vieron en otro tiempo obligados a huir muchos europeos, que ahora vivimos la tragedia desde el otro lado y, al parecer, con poca memoria. Y si la solidaridad no basta, estamos también obligados a actuar por nuestra responsabilidad sobre el conflicto del que huyen quienes llaman desesperados a nuestra puerta. ¿O es que Europa, EEUU, Rusia, Israel, Irán o los paises del Golfo Pérsico son ajenos al conflicto en el que vive Oriente Medio desde hace décadas? ¿Hay que actuar desde aquí sólo si los efectos nos salpican, si la muerte llega a nuestras playas? ¿Cuántos niños han muerto durante el conflicto sirio antes de que el pequeño Aylan apareciera muerto en la playa de la isla griega de Kos?
La necesaria gestión policial de esta migración masiva
Pero la solidaridad debida, que para nosotros es incuestionable, no debe hacernos olvidar el riesgo para nuestra seguridad de esta avalancha de inmigrantes sirios (¿alguien se atrevería a garantizar que son sirios todos ellos?).
Siempre hemos sostenido desde las columnas de ITRAN que el tema de la inmigración requería una solución política y no policial. Pero en este caso nos parece obvio que el peligro de infiltración de terroristas yihadistas entre los refugiados es no sólo real sino muy alto. La improvisación y la falta de control con que se está gestionando la llegada de los refugiados a la Unión Europea hace imposible la ya de por sí difícil tarea de identificar a todas y cada una de las personas que llegan de las zonas de conflicto, principalmente de Siria, pero también de otros paises, por la falta de documentación de muchos de ellos, que puede ser deliberada para ocultar su identidad, o por el uso de documentación falsificada.
Por ello, las fuerzas de seguridad europeas deben asumir, de manera coordinada, el control de la entrada de refugiados, para intentar reducir en la medidad de lo posible el riesgo que estas posibles infiltraciones suponen para la seguridad de las sociedades de acogida.
La protección del refugiado y el respeto debido a su dignidad personal
Y más allá de las precauciones necesarias para garantizar nuestra seguridad, la de todos, los refugiados deben ser acogidos preservando totalmente su dignidad como personas; no son delicuentes, no hacen más que luchar por su vida. El desdichado episodio de la frontera austro-húngara no puede volver a producirse.
Los gobiernos y las instituciones de la Unión Europea deben:
- Garantizar la adecuación de centros de acogida con todos los servicios indispensables, como son el alojamiento, la sanidad, psicólogos, intérpretes y centros para niños.
- Y facilitar ayuda económica y técnica a los campos que actualmente existen en los países que han acogido refugiados de estas malditas guerras como Jordania, Turquía, Líbano, etc., dotándolos de todos los medios necesarios.
La necesaria acción internacional para forzar el fin del conflicto en Siria
Y junto a la respuesta necesaria y urgente a los dramáticos efectos del conflicto Sirio, es absolutamente necesario atajar las causas de la tragedia:
- Hay que exigir a todas las potencias, la Unión Europea y la ONU que abran de inmediato vías de negociación serias y enérgicas entre las partes en conflicto para que se imponga un alto el fuego de inmediato.
- Y la comunidad internacional, especialmente los EEUU, Rusia y la ONU, deben procurar la aplicación inmediata de medidas eficaces para proteger a la población siria, como por ejemplo la creación de una zona de seguridad en torno a las zonas de conflicto, bajo el mando de los cascos azules, para imponer un alto el fuego y un desarme total.
El pequeño Aylan ha llegado muerto a la playa de griega de Kos; hay todo un pueblo al borde del abismo en Siria. No esperemos más.