Los atentados fascistas en Madrid el 11 de Marzo 2004, y que arrebataron la vida a 139 victimas deja una doble o triple sensación de horror, pues está agravada por una especie de eco amargo y sucio y por una sombra de amenaza inminente y general. Está sin duda el horror de la matanza misma por parte de unos asesinos que, con independencia de sus móviles ideológicos, se han situado a sí mismos al margen de toda ética común y por eso mismo fuera de todo marco religioso, en su sentido más estricto y preciso. El objetivo que perseguían los comandos terroristas no constituye un misterio : destrozar la sociedad mediante el terror .Crear una situación en la que se imponga la guerra de unos contra otros; en la que el miedo levante barreras infranqueables entre los ciudadanos y ciudadanas en función de sus orígenes, su religión, su modo de vida, su identidad; cavar un foso de sangre en el seno de la religión musulmana, forzando a los creyentes a elegir un campo: quien no está con nosotros hasta lo inhumano, está contra nosotros y se convierte en un objetivo "legítimo". Los atentados de Madrid se encuentran entre los más sangrientos perpetrados en el mundo . Nuestra solidaridad es internacional y se dirige en particular hacia quienes lo combaten en otros países poniendo sus vidas en riesgo: en Siria y en Irak, en Líbano y en Bamako, en Pakistán y en Turquía… Ante todo, tenemos que proclamar nuestra compasión, nuestra identificación, nuestra fraternidad con las víctimas y con la gente cercana a ellas. Defendemos la humanidad la humanidad frente a la barbarie. Para nosotros, la dimensión humanista de nuestro compromiso sigue siendo una brújula. Cualquier política progresista comienza con la indignación, la emoción. Y si bien no se reduce a ello, ésta constituye su punto de partida. No opongamos la reflexión a la aflicción. Abandonemos los estereotipos; dejemos de escribir sin sentimientos. Aquí y ahora ayudemos a las víctimas y a la gente próxima a ellas, compartamos su dolor, participemos en los minutos de silencio, en las manifestaciones de solidaridad. Formamos parte de ese movimiento y es a partir de él que podremos explicar nuestras razones.