No en mi nombre

Abdelkader Boulaala  |  15.12.15

El brillante alegato anti racista de un veterano que perdió la pierna en Iraq

 

Chris Herbert no quiere que los políticos le utilicen para caldear los ánimos.

Chris Herbert es un veterano de la Guerra de Iraq que sirvió al ejercito de Reino Unido. En 2007, cuando solo tenía 21 años, perdió la pierna derecha en una carretera cercana a la ciudad de Basra. Un suicida explosionó la bomba que llevaba adherida a su cuerpo, dejándole malherido y matando a su compañero de escuadrón.

En estos días de intenso debate sobre los ataques islamistas en suelo europeo, no han sido pocos los políticos que han utilizado el nombre de las víctimas civiles o militares para justificar peroratas racistas. Pero Chris Herbert se opone a este tipo de prácticas. No quiere que nadie hable en su nombre. Y por eso ha lanzado una estupenda reflexión en Facebook que ha sido compartida más de 100.000 veces.

Estas son sus palabras:

Me siento frustrado por toda esa gente que espera que sea racista porque fui atacado. Así que:

Sí, un musulmán me reventó, y perdí una pierna.

También un musulmán perdió un brazo ese día, y llevaba el uniforme británico.

Un médico musulmán estaba en el helicóptero que me sacó del lugar.

Un cirujano musulmán realizó la intervención que me salvó la vida.

Una enfermera musulmana formó parte del equipo que me ayudó a volver a Reino Unido.

Un trabajador social musulmán formó parte del equipo que me ayudó con mis necesidades básicas mientras me encontraba en recuperación aprendiendo a andar.

Un taxista musulmán me regaló un viaje gratis la primera vez que fui con mi padre a tomar una cerveza tras volver a casa.

Un médico musulmán ayudó y dio consejo a mi padre en un pub, cuando él no sabía como lidiar con los efectos secundarios de mi medicación.

Por el contrario, Un británico blanco escupió en la cara de mi novia "Te follas a un tullido cuando me podrías tener a mí".

Un británico blanco apartó mi silla de ruedas para que él pudiera usar el ascensor primero.

Un británico blanco gritó a mi padre por aparcar en un lugar reservado para minusválidos cuando me fue a recoger para llevarme a casa. (A pesar de todo, un montón de gente me ayudó en mi recuperación, no odio a los británicos, jajaja).

Lo importante es que, a la mierda. Sé quien no me gusta, y quien sí. Sé a quien aprecio, y sé a los que no. Si quieres odiar a una raza entera de hombres y mujeres por las acciones de algunos capullos, adelante, pero no me obligues a mí a hacerlo, pensando que soy un blanco fácil porque un día una basura pensó que debía morir. Acusar a todos los musulmanes de las acciones de grupos como el Daesh o los talibanes es como acusar a los cristianos de lo que hace el Ku Klux Klan o de la Iglesia de Westboro. Dedícate a tu vida, abraza a tu familia y ponte a trabajar.