Turismo gratis, que la vida es corta

Resultat d'imatges de foto de un jet privado
Un jet
A:B: / ITRAN, 14-07-2016
El 9 de julio en curso, el periódico marroquí Assabah sacaba a la luz un viaje del director General de l’Office National Marocain de Tourisme (Oficina Nacional Marroquí de Turismo), que este responsable habría realizado fletando un jet privado que habría costado la escalofriante suma de 500.000 dirhams, en divisas (unos 450.000 euros al cambio actual) con cargo al contribuyente marroquí. El periódico indicaba que con este viaje, el ministro quería ofrecerse una escapada por Europa en compañía de una hija suya, sin coste alguno para él.
Según el mismo medio de comunicación, esa suma habría sido sustraída del presupuesto de la Asociación de Músicas Sagradas, de Fés, una especie de festival de Músicas de contenido espiritual que se celebra anualmente en esa ciudad, cuya presidencia ostenta el “señor” ministro.
La información del diario Assabah no tuvo especial relevancia hasta que el diputado Hassan Slighwa (del Partido Istiqlal) la sacó a relucir en una solicitud de explicación verbal al Gobierno durante una sesión parlamentaria.
A raíz de la intervención del parlamentario istiqlalí, la Oficina Nacional Marroquí de Turismo (ONMT) se apresuró a emitir un comunicado, desmintiendo formal y categóricamente las alegaciones “difamatorias” y “mentirosas” publicadas por “ciertos medios de comunicación” (no los identifica abiertamente), relativas a este caso.
El comunicado de la ONMT achaca esas supuestas difamación y mentiras a una campaña de desprestigio contra el director general de la ONMT, en previsión de las próximas elecciones legislativas.
Lo curioso es que la Oficina de Turismo no fue más allá de un simple comunicado, no desvelando si tiene o no intención de recurrir a la justicia, dada la envergadura de esa difamación de la que habla.
Llegados a estas alturas, la Justicia, y sobre todo el Tribunal de Cuentas, que preside el exministro Driss Jettou, deberían tomar cartas en el asunto y llegar hasta sus últimas consecuencias.
Se trata de un caso de indudable importancia que, además, ha generado alarma social y, como tal, merece toda la atención de los gobernantes, que deberían mantener informada a la opinión pública del resultado de su gestión.