El Periódico | 6.4.15
Solo uno de los tres espeleólogos españoles que el pasado lunes quedaron atrapados en el interior de uno de los imponentes cañones del Alto Atlas marroquí (algunos alcanzan hasta 800 metros de profundidad) ha logrado salir con vida. El agente de la Policía Nacional Juan Bolívar, de 27 años, que anoche ingresó en un hospital de la ciudad de Uarzazate afectado de una leve hipotermia, es el único superviviente del grupo de excursionistas, después de que sus compañeros, Gustavo Virués y José Antonio Martínez, ambos de 41, perecieran en la sima, donde habían caído accidentalmente. Los cadáveres, que a última hora de ayer seguían aún en el lugar del siniestro, serán trasladados previsiblemente hoy.
Un equipo de rescate marroquí, formado por agentes de la Gendarmería del país magrebí, efectivos de Protección Civil y dos médicos, estuvo asistiendo desde el sábado a los expedicionarios. Cuando el grupo de socorro consiguió llegar al lugar -de muy difícil acceso por la orografía, el hielo y la nieve-, halló a Virués ya fallecido, mientras que Martínez presentaba heridas en una pierna y una fuerte contusión en la cabeza, que muy probablemente acabaron provocando el domingo su muerte.
Pese a las dificultades técnicas del rescate y las escasez de medios, no fue hasta ayer, cuando las labores de salvamento parecían que se eternizaban, cuando el gobierno marroquí aceptó la ayuda que España había ofrecido ya el miércoles, el día en que el grupo del que formaban parte los tres espeleológos alertó de la desaparición. El refuerzo enviado por el Ministerio del Interior español consistió en un experimentado equipo de cuatro agentes del Servicio de Montaña de la Guardia Civil y tres agentes de los Grupos Especiales de Operaciones de la Policía
A una hora de camino
El rescate fue especialmente tortuoso porque ningún helicóptero -según fuentes españolas y marroquís- pudo acceder hasta el lugar del siniestro, por su contexto geográfico abrupto y montañoso. El único aparato que las autoridades marroquíes pusieron a disposición para el rescate tuvo que aterrizar a una distancia de una hora caminando desde la zona del accidente, por lo que el traslado del espeleólogo con vida, así como de los cuerpos de los fallecidos "solo se puede realizar a pie", informaron fuentes diplomáticas españolas en Marruecos.
El objetivo del equipo español de rescate es, según indicaron las mismas fuentes, terminar cuanto antes los trabajos de traslado para evitar que el tiempo en la zona empeore, puesto que pesa la amenaza de posibles tormentas.
Según familiares de las víctimas consultados por El Periódico, desde que se alertó de la desaparición de los espeleólogos, el pasado martes, hasta que se activó el operativo de búsqueda "se tardaron casi cuatro días y no se ha visto a los agentes de la Gendarmería marroquí muy cualificados en este tipo de trabajos", denunció a este diario, Juan Antonio Rengel, primo de Gustavo Virués.
"La Gendarmería les ha proporcionado mantas y comida, pero eso no soluciona el problema. No están preparados para situaciones extremas como esta. Este tipo de operaciones de envergadura les desbordan por todos lados y no han querido recurrir a España para solucionarlo antes", denunció Rengel. "Es una historia interminable", agregó desde España, Víctor Rengel, otro primo del fallecido, en conversación telefónica, quien reprodujo las palabras de la madre de Gustavo: "Nunca podré perdonar la dejadez con la que Marruecos ha actuado".