Los papeles de Panamá




06/04/2016

Lo sorprendente de todo este embrollo de los papeles de Panamá es que la gente aún se sorprenda. Que el asunto haya saltado en Panamá no quiere decir que el blanqueo o la evasión fiscal se producen únicamente en ese país. La gente tiende a escandalizarse o a  manifestar interés solamente cuando las cifras desbordan la imaginación. Y los de Panamá sobrepasan los 11 millones de documentos que implican a toda clase de dirigentes políticos, empresariales y otros.

Hay muchos más “papeles” que los de Panamá: en Europa, en América en sus tres versiones, en África -¡vaya si los hay en África!- en Asia y en cualquier parte del mundo en donde haya (in) civilización humana.


Lo que de verdad sorprende es la calidad de los protagonistas de este macro-engaño global. Lo que sí produce rabia es que líderes mundiales que se presentan de ordinario como gente bien se dediquen a esquilmar la riqueza de sus pueblos y a blanquear dinero que sólo Dios y ellos saben de dónde procede. Sorpresa igual de grande es cuando te das cuenta de que algunos dignatarios se dedican a la evasión fiscal aún a costa de hundir más y más la economía de sus feudos. Desde luego, la avaricia y el miedo a la pobreza son tan grandes que desestabilizan a cualquiera, le sacan de quicio y le empujan a delinquir. ¿O es el miedo a lo incierto del futuro

Lo que sí está claro es que desde que Panamá manifestara sus deseos de ejercer su plena soberanía sobre su Canal, no dejan de pasarle cosas raras. Acuérdense de Manuel Antonio Noriega y su encarcelamiento en los Estados Unidos. Huele a chamusquina. ¿O a CIA? ¡Vete a saber!