Los hijos de Mubarak dejan la cárcel en el cuarto aniversario de la revolución egipcia

El Mundo  |  27.1.15

Los dos hijos del ex presidente egipcio Hosni Mubarak ya están en la calle. Funcionarios de la cárcel de Tora, donde se hallaban confinados desde 2011, han confirmado que Alaa y Gamal han abandonado este lunes el penal cinco días después de que la justicia decretara su excarcelación al haber agotado el tiempo máximo de prisión preventiva mientras aguardan la repetición del juicio.

Alaa -un hábil empresario- y Gamal -heredero frustrado de su padre- han dejado la prisión de Tora, al sur de El Cairo, a primera hora de esta mañana con dirección -según los funcionarios citados por Ap- a sus respectivas viviendas. Su salida coincide con el cuarto aniversario del inicio de las revueltas que desalojaron del poder a su progenitor en febrero de 2011. Ayer las fuerzas de seguridad aplastaron las protestas organizadas por la oposición islamista y laica cobrándose al menos 18 vidas en todo el país.

El jueves un tribunal de El Cairo ordenó la excarcelación de ambos tras la reciente decisión de un tribunal de anular su condena de cuatro años de prisión por malversación de fondos públicos para la construcción y renovación de sus lujosas residencias privadas. La justicia les exige estar localizados en todo momento. Alaa y Gamal afrontan la repetición del proceso y, además, tienen abierta otra causa por manipular el mercado de valores egipcio.

El fallo inicial, anulado en enero, consideró probado que desde 2003 y hasta 2011 el clan Mubarak se apropió de 125 millones de libras egipcias (unos 12,5 millones de euros) que invirtió en levantar, remozar o equipar sus residencias privadas. La corte impuso a padre e hijos una multa de 21,1 millones de libras (unos 2,1 millones de euros) y la devolución del dinero robado.

40.000 encarcelados

La liberación de los vástagos -a la que podría seguir la excarcelación del dictador- coincide con la efemérides del levantamiento popular que venció a Mubarak. Su recuerdo ha quedado sepultado por la brutal campaña de represión que desde el golpe de Estado de julio de 2013 -que desbancó del poder a los Hermanos Musulmanes- ha dejado más de 40.000 encarcelados y 3.000 muertos y ha ahogado cualquier disidencia, laica o islamista.

La persecución judicial contra Mubarak y sus hijos se inauguró en abril de 2011, más de dos meses después de las multitudinarias protestas que forzaron la salida del anciano. El clan Mubarak se refugió entonces en la ciudad turística de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí y a orillas del mar Rojo. La ira popular terminó impulsando el ajuste de cuentas.

El 12 de abril Mubarak fue hospitalizado en un hospital de Sharm el Sheij tras sufrir un ataque cardíaco poco después de ser interrogado y detenido con los cargos de abuso de poder, malversación de fondos y asesinato de manifestantes durante las revueltas. Su defensa espoleó su deteriorado estado de salud para mantenerle en la clínica mientras sus hijos ingresaban en la prisión de Tora.

Casi cuatro años después, todos los procesos contra la familia Mubarak han resultado papel mojado. En noviembre el autócrata y sus hijos fueron declarados no culpables en el proceso que les juzgaba por corrupción y complicidad en la muerte de manifestantes durante el levantamiento. La causa, cuya primera sentencia a cadena perpetua fue anulada y cuya búsqueda de pruebas se topó siempre con la resistencia de las autoridades, aún no ha concluido. La fiscalía recurrió poco después la absolución.

La misma suerte han corrido la mayoría de los policías implicados en la represión. El dramático curso de los acontecimientos ha convertido a los Hermanos Musulmanes en el blanco de la persecución judicial. La propaganda, que aupó a la presidencia del país al ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi, ha inoculado incluso la idea entre la población de que los islamistas fueron los artífices de los 18 días de revueltas.

Las sentencias exculpatorias dictadas contra Mubarak y su círculo están acompañadas del regreso a escena de políticos vinculados con el disuelto Partido Nacional Democrático, la formación de Mubarak. Los hombres de Mubarak -con una poderosa red de lealtades locales- se preparan para concurrir en las elecciones parlamentarias que se celebrarán en dos fases y comenzarán los próximos 22 y 23 de marzo.